ACTUALIDAD NACIONAL |
Todavía no es la hora
cero en Yanacocha |
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Ayer las noticias que
se difundían en Lima eran alarmantes. La guerra estaba a
punto de comenzar en Cajamarca. Después de la
batalla de Tintaya, la coalición de terroristas, extremistas,
indigenistas, ambientalistas, oenegeros, curas y demás resentidos
sociales que quieren que el Perú no crezca, se habían traslado 2 mil
kilómetros al norte para desatar el combate de Yanacocha. Horror, los
cajamarquinos pretendían tomar muestras de agua de la represa de Río
Grande que la minera ha incluido en sus límites y que por los tanto
reclama como propiedad privada. Pero de esa toma depende el agua que
baja hacia la planta de tratamiento y potabilización de “El
Milagro” de la que bebe la ciudad y la irrigación de una cantidad de
hectáreas productivas. Los revoltosos que
venían armados con recipientes e instrumentos para recoger las
muestras, eran esperados por contingentes policiales que el ministro
Murazzo envió para proteger lo que realmente importa: los negocios de
las grandes mineras, no la vida de las personas, los animales y las
plantas. Pero como no hubo
enfrentamiento y la policía tampoco se atrevió a detener a los
visitantes, la noticia de hoy es que “fracasó la asonada”,
“Cajamarca no fue paralizada”, “la protesta pasó inadvertida”.
Algo así como que el pueblo no está con sus dirigentes que han venido
denunciando la contaminación, la prepotencia y manipulación de
autoridades por parte de la gran empresa. Nadie, sin embargo,
había llamado a otra cosa que no fuera a organizar una delegación para
verificar en situ, lo que finalmente fue verificado, que el agua de la
represa está cubierta de una capa verde de contaminante producto de las
operaciones mineras. ¿Por qué tenía que expresarse esto en
enfrentamientos?, ¿quién ordenó que Cajamarca se paralizara y no le
hicieron caso? Y si creen que la población no está interesada y
pendiente de estas investigaciones, recomendamos que esperen unos días.
Los que inventaron la
guerra inminente, ahora pretenden que “la protesta”, fue derrotada. Es decir cuando la
protesta se enciende (Tintaya) es porque está camino a ser terrorista,
y cuando se desarrolla en forma pacífica, es porque no existe. Lo único
real son las mentiras que se construyen en la prensa y las que lanza
Ferrero, cada cierto tiempo. Así trataron a
Arequipa en el 2002, que les mostró largamente el tamaño de su
desacuerdo con la privatización con paros y marchas sin violencia. Y la
soberbia oficial declaró que esa opinión no existía, porque no había
podido tomar la ciudad y paralizarla. Pero se creyeron su propia mentira
y se lanzaron a entregar la eléctricas del sur, tan sólo para
encontrarse de inmediato ante una formidable rebelión popular masiva y
dura que no se detuvo hasta humillar al gobierno y obligarlo a
retroceder. ¿De dónde sale la
intransigencia de Espinar? Del mismo material que se manifestó en
Arequipa, y está presente en Cajamarca, Huaraz, Puno y otras partes del
país: pobreza, frustración, poder económico, corrupción, mentiras. No le pidan al Perú
tomar en serio a Toledo, Ferrero, Kuczynski. Reconozcan que el país
está cambiando desde abajo y que las demandas de la organizaciones
deben ser tomadas en serio. Ganaríamos enormemente si así lo hiciera
el poder político, y la gran prensa contribuyera a ello. Pero por el
momento las cosas van en sentido contrario. |
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17 junio 2005 |
Lima - Perú - 2005