Saddam Hussein nació en la pequeña aldea de al-Awja, a orillas del río Tigris el 28 de abril de 1937, en el seno de una familia de campesinos sin tierras. Analfabeto hasta los 10 años, Saddam Hussein, pasó su infancia con su madre y su padrastro. Su padre habría muerto o abandonado el hogar, según las distintas versiones cuando contaba pocos meses. Su principal apoyo familiar fue su tío materno, Khairalah Tulfah. Con él, Saddam Hussein se trasladó a vivir a Bagdad e ingresó en el Partido del Renacimiento Árabe Socialista (Baas) -de ideología laica, nacionalista y revolucionaria- en 1957. Era la época en el qua las universidades iraquíes vivían un clima de profundo rechazo del colonialismo británico y de la intervención política estadounidense. Hussein fue parte de ese ambiente y después de ser rechazado por la Academia Militar de Bagdad por su pobre currículum académico, decidió participar más activamente en las acciones de Partido Baas. El 7 de octubre de 1959, Saddam Hussein formó parte de un comando de diez activistas del Baas que atentaron contra la vida del primer ministro Abdel Karim Kassem, un militar golpista que había instaurado la primera república en Irak, tras derrocar y asesinar al rey Faisal II y a toda su familia un año antes. El atentado contra Kassem fracasó y Saddam Hussein acabó con una pierna herida, una condena a muerte y un exilio forzado, primero en Siria y después en Egipto. El presidente egipcio, Gamal Abdel Nasser, le tomó bajo su protección y le facilitó la entrada en la Universidad de El Cairo, donde cursó estudios de derecho. En las filas del Partido Baas Hussein permaneció en Egipto desde 1959 hasta 1963 cuando regresó a Bagdad, después de que otro golpe militar -esta vez de un grupo formado por baasistas y nasseristas- derrocara y ejecutara a Abdel Karim Kassem y formara el Consejo del Mando Revolucionario (CMR). Siguió una década de luchas fratricidas en el seno del CMR, durante la cual Saddam Hussein empezó a crear su leyenda. En 1964 fue arrestado, tras la depuración de los baasistas, un año después, dentro de prisión pasó a ser elegido vicesecretario del Mando Regional del Baas. Y a principios de 1966 logró escaparse de prisión aprovechando un traslado a otro centro. El 17 de julio de 1968, otro golpe de estado -en el que las milicias organizadas y enviadas por Saddam Hussein desde su escondite clandestino tuvieron un papel central- colocó al Partido Baas en el poder en solitario. El ascenso de Hussein a partir de ese momento fue imparable. Saddam fue nombrado vicepresidente en funciones del nuevo CMR primero, y en noviembre de 1969 se convirtió en vice presidente de la República. Sin haber hecho carrera militar, Saddam Hussein, pasó de teniente general en 1973; a general en 1976. Para cuando se hizo definitivamente con el poder, el 16 de julio de 1979, llegó a ser mariscal. Su llegada a la presidencia fue propiciada por la renuncia de Ahmed Hassan al-Bakr. Alentado por las enormes reservas petroleras de su país y la actitud contraria a Irán de las potencias occidentales, Saddam Hussein se lanzó a un programa de rearme a gran escala. Para la década de los ochenta, Irán era percibido como una amenaza en Occidente -tras la caída del Shah y la revolución islámica del Ayatola Jomeini-. Irak se convirtió en "el aliado natural" de EE.UU. y Occidente para frenar una posible expansión de las Revolución Islámica iraní. Guerra Irán-Irak El 17 de septiembre de 1980, Saddam Hussein mandó un ejército de invasión a varios puntos de Irán. La guerra irano-iraquí había comenzado. Duró diez años, durante los cuales, el mandatario iraquí fortaleció su posición internacional, obteniendo el apoyo de todos los países árabes moderados, las monarquías del Golfo Pérsico y Occidente. El 26 de febrero de 1982 Estados Unidos y Europa eliminaron a Irak de su lista de países involucrados en terrorismo internacional y en 1984, la Casa Blanca, restableció sus relaciones diplomáticas con Bagdad. Pero el conflicto había sido costoso y ahora Saddam Hussein empezó a mirar a su pequeño aliado, el emirato de Kuwait, bañado en petróleo, como una tabla de salvamento económica. Confiado en que su poderío militar sin igual en el golfo y sus relaciones políticas con Occidente le daban protección, decide invadir Kuwait el 2 de agosto de 1990. Un error de cálculo marcó el inicio de la Guerra del Golfo: una amplia coalición encabezada por el imperialismo norteamericano y sus socio Gran Bretaña emplearon apenas tres días para derrotar a Hussein. Los 700.000 soldados desplegados por Irak en Kuwait se replegaron o tuvieron que rendirse al paso de la coalición imperialista occidental. Ante las acusaciones de poseer armas de destrucción masiva, aceptó la entrada de los inspectores de armas de la ONU, al menos inicialmente y trató de restaurar sus relaciones con los países árabes. Gran Bretaña y Estados Unidos siguieron bombardeando ocasionalmente objetivos iraquíes durante la década siguiente, mientras Hussein denunciaba el cruel genocidio y las sanciones que produjeron millares de muertos iraquíes. Saddam Hussein pasó varias décadas forjando su propio mito y después, el Imperialismo, se ha pasado algunas más tratando de desprestigiarlo, presentándolo como cruel dictador, ocultando el apoyo militar que ellos le prestaron para atacar a Irán. Más información:
Baaz pide vengar a su líder
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Hoy, el imperialismo norteamericano ha cumplido su
venganza, eliminar a Hussein físicamente. Sin embargo, el pueblo iraquí no se someterá y expulsará al sanguinario invasor ; recuperará su soberanía y sus recursos petrolíferos saqueados por la voracidad de la camarilla Bush. |
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30 Diciembre 2006 |