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Frenar la ola privatizadora
Javier Diez Canseco

 

Una diferencia fundamental entre la izquierda democrática y la derecha es la discrepancia sobre el rol del Estado: así, mientras la izquierda democrática aboga por un Estado fuerte, moderno y eficiente, promotor de prosperidad y equidad, la derecha está lanzada en una ofensiva para extraer las máximas gollerías posibles a costa del Estado, siendo el eje central de su estrategia privatizar -como sea- lo que sobrevive del patrimonio público. Así, sus lobbies exigen la liquidación de Petroperú, la hidroeléctrica del Mantaro, Enapu y los puertos, las empresas de agua y saneamiento, etc. 

Pero la ciudadanía está advertida y repudia las intenciones de estas camarillas. Un reciente estudio de la Universidad de Lima es concluyente: 77% de encuestados rechazan privatizar Petroperú y 75% rechazan privatizar Sedapal. Si algo los peruanos aprendimos de la juerga privatizadora fujimontesinista es que la relación entre sector público y sector privado no puede reducirse a los esquemas dogmáticos del neoliberalismo chicha, que exige atomizar al Estado. 

Pero en otros países el Estado cumple un rol clave como regulador y promotor de la economía, pues su presencia en sectores estratégicos es más necesaria que nunca. En la actual coyuntura de los videos de Lan “Perú” y el lamentable enfriamiento de relaciones con Chile, es bueno ver cómo nuestro vecino ha sido capaz de construir un Estado fuerte, uno de cuyos cimientos son sus empresas estatales, a las que no se les niega ni recursos ni apoyo. Así, CODELCO mediante el “canon del cobre” financia la modernización del Ejército chileno y ENAP –petrolera estatal que opera en Latinoamérica, Africa y Medio Oriente– se ha expandido al Perú asociada con... Dionisio Romero, solicitante habitual de favores al “Doc” y gran beneficiado con la liquidación de empresas públicas durante el fujimontesinismo. Mientras, aquí el Fonafe se ha convertido en el primer saboteador de las empresas públicas peruanas. 

Hoy vemos los resultados del irresponsable desmantelamiento del Estado. Nuestros cielos son ajenos, monopolizados por aerolíneas foráneas. La liquidación de la marina mercante nacional ha tenido gravísimas implicancias para nuestra seguridad nacional: el congresista Rodrich ha denunciado que durante el último conflicto con Ecuador, el transporte de hidrocarburos –controlado por empresas chilenas– fue paralizado, y de no ser por los petroleros de nuestra Marina de Guerra, las consecuencias para el país habrían sido catastróficas. ¿Qué dicen a esto nuestros neoliberales chicha? 
Hoy, más que nunca, el Perú necesita una opción de izquierda democrática que sea garantía de la defensa, renovación y fortalecimiento del Estado, con propuestas realistas y consecuentes sobre la presencia estatal en sectores estratégicos, defendiendo y promoviendo los intereses nacionales mediante empresas públicas manejadas con profesionalismo y transparencia, libres de interferencias partidarias. Por ello, el gran objetivo de las fuerzas sociales y políticas progresistas es construir esa opción –que realmente signifique un país más próspero y justo para todos los peruanos– para el 2006.

      

Diario Correo - 02 Julio 2005

Lima - Perú - 2005