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Los Castillos en el aire de AGP

Por: Carlos Angulo Rivas
  
Las similitudes y hasta identidades entre el saliente Alejandro Toledo y el entrante Alan García son cada día más evidentes. Recordemos a Toledo anunciando una mesa de donaciones en Europa de más de mil millones de dólares que nadie vio y comparémosla con las anunciadas donaciones –en veremos- de las empresas mineras por 2,500 millones de soles (no dólares). 

Recordemos a Toledo llamando a la concertación y a la gobernabilidad cuando por otro lado establecía reglas de juego claras con el neoliberalismo a ultranza y las transnacionales de las mal habidas y dolosas privatizaciones, para lo cual colocó al ciudadano norteamericano y broker internacional Pedro Pablo Kuczynski en el ministerio de Economía. Veamos a Alan García perjudicando al país con la ratificación del TLC con Estados Unidos y abriéndole la puerta principal a los intereses chilenos; y confirmando un manejo neoliberal también ortodoxo con Luis Carranza en Economía, un agente de la banca internacional. Observemos a Toledo prometiendo la transición hacia la democracia mediante la constitución de 1979 anulando la promulgación (retiro de la firma) de la inválida constitución de Fujimori que posteriormente quiso reformar sin tener el Congreso potestad constituyente. Veamos a García Pérez ofreciendo restituir la constitución de 1979 para luego recular diciendo que antes debe ser reformada cuando tampoco tiene poder constituyente el congreso actual. Existen muchas casualidades más (contratación de burócratas toledistas, etc.) pero justamente por estas nada raras y sencillas coincidencias la presentación del gabinete ministerial de Jorge del Castillo ante el Congreso ha sido una suerte de confirmación de los compromisos adquiridos por Alan García con los partidos de la ultraderecha y el empresariado plutocrático (no los honestos inversionistas) que le prestaron sus votos para asegurarse la continuidad del proyecto antinacional iniciado por el delincuente prófugo Alberto Fujimori y seguido por Alejandro Toledo.

Frente a estos hechos no cabe la menor duda que el gobierno de Alan García tiene una agenda secreta como la tuvo Alejandro Toledo. Agenda que irá soltando poco a poco en lo principal mientras endulza a la población con medidas efectistas del engaña muchachos. En los treinta días de gobierno aprista eso está muy claro porque perdido en lugares comunes, apenas dos aspectos destacan en el aburrido discurso de Jorge Del Castillo, quien no sabe por qué ni para qué es el primer ministro del país. Las generalidades en las que incurrió, a las que nadie puede prestar un mínimo de atención, son un índice de paporreteo político tan ambicioso como falso, puesto que ni Mandrake el mago puede alcanzar las metas propuestas sin una revolución estructural y tributaria en el país, la misma que en ninguna parte se anuncia. En el cómo alcanzar las metas está la farsa del siguiente monólogo de Del Castillo: crecimiento económico de 7% del PBI por año; presión tributaria del 16% del PBI; mantener el déficit fiscal en no más de 1%; la deuda pública pasará de 32% en 2007 a 26% en 2011; la inversión pública se elevará en 2 mil millones de dólares adicionales; la inflación será de 2.5%, con un margen de tolerancia de 1%; retomar la composición del gasto público de hace cinco años, 75% de gasto corriente y 25% de gasto de inversión; las exportaciones no tradicionales serán 40% del total de exportaciones; se incrementará en casi 100% la red vial atendida, pasando de 32 mil a 60 mil kilómetros; se dará cobertura total de telefonía a todas las capitales distritales del Perú; nueve de cada 10 familias contarán con acceso a electrificación; el programa Sierra Exportadora habrá generado 18 mil empleos; se reducirá la desnutrición crónica infantil en 5 puntos porcentuales; se incrementará el número de niños con grado de comprensión de lectura de los niños a 20%; se reducirá la tasa de analfabetismo por debajo del 4% en todo el país; se reducirá la mortalidad infantil de 24 por mil nacidos vivos a 20 por mil nacidos vivos.

El papel aguanta todo, los discursos también, pero es imposible alcanzar este estupendo final sin reformas estructurales en el país. Castillos en el aire crea cualquiera con un poco de imaginación irresoluta y confusa. La verdad de las cosas es que metas tan ambiciosas son imposibles de alcanzar sin una reforma integral del Estado, de la tributación, de la educación, de la salud, etc. alcances ausentes en el rutinario y empalagoso discurso del primer ministro Del Castillo ante el Congreso. Pues como volvemos a repetir sólo dos aspectos concretos son dignos de discutir en esa presentación: el shock de inversiones a través de un crédito suplementario de 1,936 millones de soles y las propinas voluntarias por 2,500 millones de soles (500 por año) negociadas con las empresas mineras, además sujetas al veremos condicional de los precios internacionales de los minerales. Y por ser ellos dos aspectos concretos, son los únicos que justamente definen la política global de García Pérez en lo verdadero frente a lo falso. 

Lo verdadero es que pretende financiar el presupuesto nacional con préstamos suplementarios urgentes (mayor endeudamiento) para las necesidades prioritarias de la población: agua para todos, rehabilitación de aulas, salud pública, transportes, seguridad ciudadana, infraestructura de riego, energía, etc. y nos parece que por una sola vez, dulces y caramelos de cara a las elecciones regionales y municipales de noviembre próximo. Lo falso es que el dinero no le alcanzará para sus planes en los años venideros. Entonces nos preguntamos ¿Por qué préstamos suplementarios y no cobrar los impuestos adeudados, además de encausar una urgente reforma tributaria? ¿Piensa tirarse las reservas monetarias García Pérez? ¿Le alcanzarán los impuestos para las ambiciosas metas de su gobierno –en cinco años- señaladas arriba o seguirá pidiendo préstamos suplementarios cuando las movilizaciones sociales le aprieten el cogote? ¿Le alcanzarán los ingresos para financiar el presupuesto y pagar la abultada deuda externa o nos llevará al descalabro total como en su primer gobierno?

Lo verdadero es que García Pérez convertido en limosnero extiende la mano, pasa el sombrero a las empresas mineras y recibe de óbolo voluntario 500 millones de soles al año, condicionados, abdicando de su condición de gobernante. Lo falso es que el gobierno no pueda cobrar los impuestos y las regalías mineras que realmente corresponden; obviando así la necedad, el desatino de pedir “donaciones” “caridad” “dádivas” millonarias que ni siquiera podrá administrar por no ser dichas sumas parte del presupuesto nacional. Nos preguntamos ¿en determinadas localidades del país ha cedido García Pérez a los empresarios mineros su condición de gobernante? ¿Es correcto que sean los empresarios mineros quienes digan dónde y en qué se invierten sus “donaciones”? ¿Es aceptable que las autoridades se subordinen a las empresas privadas para los vistos buenos de las inversiones?

Pero en fin, veamos el porqué de tanta generosidad de las mineras para con el gobierno de Alan García. Sí, generosidad increíble, porque cualquiera no regala en seguida nomás 500 millones de soles al año. En la actualidad las compañías mineras en Perú han obtenido ganancias multimillonarias debido al sustancial incremento de los precios internacionales de los minerales. Más del 50% de las exportaciones peruanas provienen de la minería (56.6% para ser exactos) que equivalen a 6,700 millones de dólares (año 2004). García Pérez ofreció durante la campaña electoral renegociar los contratos con el sector minero y a crear un impuesto a las sobre ganancias, pero ahora sospechosamente se allana al criterio de los “aportes voluntarios.” Cabe destacar que sin considerar los impuestos a la renta o sea a las utilidades, y tomando los resultados del año 2004, sólo por concepto de regalías 3% sobre el total de las exportaciones se adeuda al fisco (6,700 millones x 0.03) lo que equivale a 201 millones de dólares o sea 663 millones de soles que no han ingresado a la caja fiscal. Para el mismo año 2004 los impuestos a las utilidades mineras fueron 1,751 millones de soles, contabilizando sólo a aquellas mineras no sujetas a los contratos de “estabilidad jurídica” porque las otras (las más grandes) no pagan nada ni quieren pagar. 

De este monto de impuestos el 50% pertenece al canon minero habiéndose distribuido sólo 451 millones de soles de los 875 que corresponden. De cualquier manera y por el lado que se le mire, es realmente inaudito que las empresas mineras cometan en la práctica “evasión de impuestos” acto criminalmente penado en sus países de origen. Y es inaudito además que al gobierno de García Pérez se le ocurra pedir limosna y aceptar óbolos muchísimo menores que las deudas al fisco. Cuando menos Alejandro Toledo con aprobación del tribunal constitucional se empeñaba en cobrar el integro de las regalías que no son impuestos sino una participación minúscula a cobrar por la extracción de recursos naturales no renovables de propiedad de todos los peruanos.


30 Agosto 2006 

"Persistir en la lucha por la GranTransformación del Perú"