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El asesinato de Gaddafi no es más que la confirmación que Libia ha caído en las garras del imperio más cruel de la humanidad: el estado terrorista N°1 y su taparrabo, la OTAN, que reúne a sus aliados comunes en la ávida ambición petrolera.
El mundo entero debe tomar en cuenta, que el imperio usano seguirá alimentándose de sangre y petróleo, para sostener su inmoral y podrido sistema y preservar su nivel de vida de derroche y opulencia, hoy recusado por "los indignados", que alzan su voz en todas partes.
Cual fiera acorralada, el imperio usano se torna más feroz en sus invasiones, con mentiras universales como las "armas de destrucción masiva". ¿No es acaso destrucción masiva sus napalm, bombas de fósforo, o las de uranio empobrecido arrojadas en Iraq? ¿No es acaso su arsenal militar la más grande arma de destrucción masiva, que estrenó matando 200 mil personas en 2 días?. ¿Cuántos asesinatos más le espera a la humanidad a manos de este estado delincuente, armado hasta los dientes?
Todos los errores y desmanes atribuidos a Muamar Gadaffi quedan finalmente empequeñecidos ante las miles y miles de víctimas de la insanía del imperialismo salvaje, que solo se detendrá cuando los pueblos se levanten, resistan y liberen.
Frente a la cultura de la muerte y guerras "preventivas", antepongamos la cultura de defensa de la vida y la paz.
Gaddafi fue asesinado
Por Teófilo Bellido
Médicos forenses libios certificaron que dos disparos provocaron la muerte del coronel Muammar Gaddafi, cuyo cadáver sigue en vejatoria exhibición en Misratah mientras los insurgentes continuaban celebrando su muerte. Para hoy domingo 23 de octubre está anunciada la supuesta liberación de Libia. El canal de noticias árabe Al Arabiya, informó que el jefe de un equipo de médicos forenses dio a conocer que al ex líder libio le dispararon en la cabeza y estómago a muy corta distancia tras ser arrestado en las inmediaciones de Sirte, su ciudad natal.
De
lo anterior se deduce que fue una ejecución extrajudicial. La noticia fue
difundida por Prensa Latina. Imágenes tomadas con celulares por sus captores
mostraron a Gaddafi vivo cuando fue capturado, forcejeando con hombres armados
que lo arrastraban ensangrentado, lo golpeaban en medio de confusos gritos y
disparos al aire, luego apareció tocándose la parte izquierda de su rostro
manchado de sangre y después, tendido en un vehículo. Esas grotescas escenas
recorrieron las pantallas de Al Yazira, BBC Mundo, CNN, Fox, RT, Caracol,
Unívisión, TV España, TeleSur, unos narrados con estupor, otros con
inocultable alegría y festejo. Igual ocurrió en la prensa peruana. Los
dirigentes del autonombrado Consejo Nacional de Transición (CNT) son objeto
de múltiples críticas y reclamos de organismos internacionales de derechos
humanos, distintos gobiernos, y la ONU , para que esclarezcan las causas de la
muerte de Gaddafi, ocurrida el pasado jueves 20 de octubre.
En
lo que constituye un macabro espectáculo, por orden expresa del “gobierno
provisional” de los rebeldes continúa en exhibición como trofeo de guerra
el cadáver de Gaddaffi, su hijo Muatassim y el ex ministro de Defensa Abu
Bakr Yunis en el frigorífico de un mercado de Misratah. Pese a que los
musulmanes suelen sepultar a sus muertos antes de que se cumpla el primer día
del deceso, muchos libios siguen haciendo largas filas para asistir al
espectáculo patético de ver y sacar fotos al cuerpo magullado del ex
mandatario. Un verdadero thriller. En lo que va del siglo XXI asistimos a la
bestialidad más repugnante alimentada por el gobierno de los Estados Unidos,
Reyno Unido, Francia, Alemania, Turquía a través de la OTAN , un rito que
avergüenza la dignidad humana, y que, como muchos lo han señalado, no
respeta ninguna norma de prisioneros de guerra; danzan sobre el cadáver del
vencido, y en un acto de repulsa aplauden victoriosos bañados en sangre y
petróleo. Nada de lo que hagan para enterrar el cadáver de Gaddafi, sea en
una tumba desconocida o en funerales públicos entregando el cadáver a sus
familiares, borrará esas terribles imágenes de la retina del mundo.
Es la codicia de los poderosos al otrora conocido oro negro lo que motiva tan crueles políticas de saqueo e intervención en esa parte del planeta. Es la industria de la muerte, las transnacionales de la guerra perpetua quienes, binoculares en mano, señalan donde dirigir los cañones y los misiles bajo el pretexto de imponer la democracia y poner fin a las “dictaduras” para instalar gobiernos títeres a sus propósitos particulares. En el más grande contrasentido bombardean ciudades enteras, las destruyen para luego ser ellos los llamados a la reconstrucción. En Libia ya empieza el reparto del petróleo y pasan la factura por haber ayudado a lograr la “libertad”. En América Latina debemos estar alertas.
Teófilo Bellido Fernández